Los reyes profesionales

No, no voy a hablar de los reyes magos, que eso sí que son profesionales, los de verdad me refiero. Las famosas declaraciones de la reina, reafirmadas por la Casa Real en un primer momento, desmentidas luego por el pollo montado, vienen a certificar que el cargo de los reyes es para profesionales. Quiero decir: un profesional es aquel especializado en trabajar en un determinado ámbito con unas especificidades propias de ese cargo. En este caso, esta responsabilidad digamos representativas que ostentan se quedan más acá de sus propias opiniones personales, que como es norma en esa clase de sujetos, se acercan más al conservadurismo que a la progresía. Sus manifestaciones nos las podíamos imaginar, lo que no está claro es que esas opiniones vayan en su sueldo, que digamos que no está mal pagado. Si la reina o alguien parecido quiere comportarse como una persona normal con sus opiniones libres, que dimita de su cargo y que se comporte como una persona normal. Hasta ese momento, le rogamos majestad, que se comporte como una profesional... de palacio que para eso le pagamos.

Ante la sordidez

Sí, ese apellido que a veces ponemos al lado de la palabra sexo. Pues bien: el sexo no es sórdido. El sexo es alegría y buen rollo, un lugar para disfrutar y conocerse mejor. Un lugar donde se habla, se ríe, se comunica, se siente y se quiere. No voy a parecer cursi si digo que el sexo es de las mejores cosas que le pueden pasar a uno. Pero el sexo es tabú aún. El sexo es oscuro y muchas veces tenebroso, algo de lo que avergonzarse y que hay que esconder cuanto más tiempo mejor. Es una especie de Satanás dispuesto a robarnos lo que más queremos: nuestra dignidad.
Pero prefiero pensar en la dignidad del sexo, porque el sexo es vida.

12 años de Bonanza vs. un año de crisis

Las noticias nos inundan estos días alrededor de la tan denostada crisis: pobreza, cáritas, hambre, paro, depresión, recesión, etc... Al parecer llevábamos unos doce años de bonanza económica, con los supermercados llenos, con las tiendas a todo ritmo, con la vivienda que se reproducía como una señora del Opus, ... pero hete aquí que desde hace un año la bonzanza ha desembocado en la mayor crisis de la historia, sólo comparada con la crisis del 29. Y no hemos tardado más de un año en darnos cuenta que todas las administraciones públicas están con las cuentas al rojo y que nadie está a salvo de no cobrar a final de mes, funcionarios incluidos. ¿Qué ha pasado? ¿Quién se ha llevado nuestro dinero, recuerdo, que procede de los impuestos directos e indirectos, que pagamos todos durante esos años de bonanza? ¿Quién lo ha gestionado de forma tan brutalmente mal? ¿Ya lo han gastado todo? Hoy se conoce el dato de que la vivienda sigue cayendo en picado tanto la que se construye como la que se vende. Pero la bolsa se dispara. ¿No será que la bolsa va por un lado, a su bola, y la economía real va por otro?

Paciencia

Siempre desde pequeños lo hemos querido todo ahora y ya. Quizá es un defecto que nadie me corrigió cuando era pequeño y que ahora tengo que implementar antes de que me haga mayor o viejo, según se mire. Sin duda, la oportunidad laboral en la que estoy absorbido me ha dado la oportunidad de vida de quitarme este defecto. Bueno, ese laborioso trabajo y tú. Pero es ahí donde lo haces más fácil.
Ah, y a propósito de la crisis y de la actualidad, lo más ahora mismo es que el Santander ha ganado seis mil millones de euros en nueve meses. No escribo más porque me da la risa.

De necesidades

O de falta de ellas. A lo que voy. Esta mañana de lunes más soleado que ninguna otra me preguntaba el desequilibrio que se forma en una relación ya sea de amor, parental, amistosa,... cuando una de las partes de la relación tiene alguna traba con algún asunto que pertenece al mundo de las habilidades sociales. El otro lado de la relación tiene que amortiguar esta traba que siente la otra parte y para ello tendrá que crear instrumentos de sostenibilidad para que esa relación no se merme por ese desequilibrio. El verdadero desafío es colmar ese desequilibrio sin que el amor, el respeto, la alegría y el buen rollo en general no se pierda. Es que mi mejor amigo se casó el sábado y eso me ha dado que pensar.

2009

Le preguntaba el otro día a un gestor de una caja de ahorros que cuándo se podían ver los efectos de las medidas de rescate en la economía real, que es básicamente la tuya y la mía. Me dijo que después del verano de 2009. Así que pensé que el 2009 será un año larguísimo y, anoche cuando la lluvia arreciaba y el vino se acababa era tan bonito pensar en ti.

RTVE vs Justicia

Pasa poco a poco la máquina que limpia la playa cada día. De pronto, surge en mi cabeza que quería hablar de la analogía que se produce con TVE y la Justicia en este país. Ahora se amotinan jueces y secretarios judiciales en vista de que el Gobierno presiona para que se les castigue por los fallos del caso Mari Luz. Dicen ahora que no tienen ni tenían medios para que un caso así se produjese. Antes no lo dijeron con estas medidas de presión. Muchos ex o a punto de serlo de RTVE se quejan del ERE llevado a cabo por el gobierno. Antes no se quejaron del suicidio que un año tras otro se producía dentro de RTVE y que llevaron a esta empresa pública a tener unas deudas y unas desfachateces de un tamaño inimaginable. Todo son momentos.

La suerte que tengo de que esa sonrisa me sonría

Al sol, sabe mejor un café que despierta el alma, esa que se levanta y me dice ¿qué tal? Luego se sienta y es como sumergirse en un mundo que está más cerca de algo que no conocemos pero que ansiamos los nómadas del alma. Y entonces es cuando ese café se disuelve en la sangre, que ya no es mía, y que es de los dos, y de esa conversación que desea sofá y cama, sábanas y sombras juguetonas, con sólo la silueta de tu persona uno se hace más de ti.

De una puñetera vez

Sí, ya va siendo hora de que cosas como las que describo a continuación dejen de pasar. Y estoy en campaña. Se trata de los energúmenos, en fin, pónganles el adjetivo que quieran a estos individuos que van a un campo de fútbol o cualquier otro recinto de masas a desplegar su incivilidad en forma de insultos, banderas ilegales, racismo, xenofobio, odio, estupidez en suma. Esta gente no aporta nada a la sociedad más bien lo contrario pues arrasa con todo lo que se cruza en su camino aparte de haber causado muerte y heridos en incontables ocasiones, ya sea en España como en toda Europa. Por cierto, en USA, me refiero a recintos deportivos nunca en los últimos años que yo sepa han aparecido gentuza de esta magnitud. Bueno, pues como ya he dicho estoy en campaña y para empezar, lo hago siempre, he llamado a mis amigos periodistas y les he vendido el asunto. ¿Que cómo lo he hecho? El titular sería el siguiente: ¿Cuántos millones de euros al año nos dejamos los contribuyentes en pagar la vigilancia y los destrozos de estos tipos que además casi siempre se van de rositas? ¿Cuántos clubs apoyan a estos tipos, y claro, cuánto nos cuesta ese apoyo a los contribuyentes? ¿Hasta cuánto está usted dispuesto a frontar estos gastos con la que está cayendo? Ahí es donde miro, señores. A su bolsillo. ¿A qué jode, verdad?

Miedos

Sostuve una conversación el sábado con una amiga mía que podríamos extender a muchas de las cosas que nos pasan a gente como tú y yo. Hablábamos de gente, de sus miedos, inseguridades, desconfianzas hacia el otro,... cuando lo que hay realmente es lo mismo pero con respecto a uno mismo. No tenemos ni puta idea de quiénes somos, y de ahí se desprende que no sabemos ni lo que queremos ni lo que no queremos. Bueno, algunos sí lo saben o creen saberlo. Y es que van siendo muchos los que caminan sin un rumbo demasiado fijado simplemente porque la sociedad de hoy en día no les/nos permite conocernos más a nosotros mismos. La tranquilidad para hablar/hablarnos de una serie de cosas que nos provocan miedo, inseguridades, desconfianzas, ... matices que harán que nuestra vida sea más libre, más completa, feliz. ¿Conclusiones? Conocernos y ser. Suenan un poco cursis las conclusiones, así que puedo disentir de ellas yo mismo no vaya a ser que alguien me tache de profeta o algo peor.

Llorar

Ayer veía una película en la que el actor principal confiesa que no había llorado en doce años. Uf, qué vértigo, pensé. Pero si pienso un poquito más y eso no es difícil si duermes arrullado por el mar, creo que llorar es más bueno que reír. Al menos más complicado en el mundo violento y rápido de hoy en día. Para llorar hay que pensar y pensar, quedarse quieto con uno mismo, mirarse más allá de los diálogos que mantienes casi sin querer, es casi imposible. Por eso doce años se me antojan pocos.

Hoy

En la república del sol y del viento, hoy se instala la anarquía. La anarquía de la quietud en un mar de nubes y de las olas que no pasan por ser las mayores olas del mundo. El mar está naúfrago de sí mismo, sin las velas que se persiguen entre sí. Los surfistas hoy no visten su traje de neopreno y los perros apenas ladran al encontrarse. Hoy no es una mañana cualquiera en este rellano de humedad y calor acogotado por las sombras que dejan ver el horizonte más luminoso del mundo. Me quedo mirando a ese horizonte que hoy no es para mí.

Me gusta como me llama

Me despierta, cuando todavía tengo los ojos cerrados. Me golpea los piececitos (ella los llama así) y rebusca allí donde las sábanas pierden su nombre. Me sonríe, pero yo ya no la veo. Me la imagino entre las telas calientes que permanecen a oscuras porque las ventanas permanecen cerrada. La habitación es grande pero yo la sigo sintiendo. Es por la mañana pero nosotros no tenemos despertador. Es fin de semana y la vida siento que es de los dos. Solos.

Ciego

Pensemos. Si se trata sólo de dinero y los bancos lo siguen ganando, ¿cuál es el problema? Es el problema del dinero. Se llama dinero. Si se llamara cable, no tendría la menos importancia porque ya existe el wireless. Menuda se ha armado con lo del cartel de una película que se titula Diario de una ninfómana. Ninfómanos, depravados, pervertidos. Dicen que es una enfermedad pero la sociedad no está tratada para aceptar que haya una enfermedad que se pueda llamar así. Es un pecado, diría la mayoría. Es un vicio, que se pudran esos que se hacen llamar ninfómanos. A la hoguera con ellos. Sí, a quemarlos, dirían los más fanáticos. No les falta razón. A esta ninfómana y a todas deberían cortarles la cabeza. Con nuestro subconsciente hemos topado. El de la sociedad, me refiero.

Disertación oblicua/diagonal sobre la felicidad.

La felicidad es rara. Al parecer, la aplicamos a momentos felices oportunos pero luego, si rascamos un poco, la felicidad tiene que ver con el sindios cotidiano en que se convierte nuestra vida. Ese sindios es un decir, porque nuestra vida suele estar calculada al milímetro y al segundo. Encasillados, nos podríamos autodenominar. Y como la felicidad suele proclamarse cuando uno hace lo que le gusta rodeado de la gente que te quiere y a la que quieres, pues no queda otra que aliarse en el encasillamiento. Y cuando estemos suficientemente encasillados los unos con los otros, es ahí cuando la felicidad se desvanece porque se convierte la cotidianiedad en su peor enemigo. Pero a ver quien casa estos términos. La cosa es intentarlo, ¿no?

Vendrá lo peor

Y aquí continuo la columna de hoy de Enric González en El Pais: Y es que la Televisión en España siempre se puede superar en cuanto a casquería y vómitos. Lo último lo ha perpetrado Antena 3 y se llama Tal cual lo contamos. Sin comentarios.
Esta mañana me saludó mi sobrina con la mirada. Venía con sueñecito. Ella es así. Hasta que mi madre, su abuela, no le da la chapa, no se espabila, allí en la cama dando saltos, y jugando con la almohada y con las diferentes capas de manta. Una delicia.
Volviendo a la tele, parece ser que nadie es consciente o al menos de esa gente que cuenta con una columna y su espacio diario, de que la tele no tiene mejoría posible, que la TDT abaratará más los contenidos que estarán más cerca de lo intransitable mentalmente hablando. Mi teléfono aún no parpadea. Esa luz roja dirige mis ensoñaciones.

Digo lo que veo

No soy lo bastante mayor para hablar de la crisis. Quizá mi padre sí tiene todos los datos, la experiencia para hablar de ello. Pero yo tengo un blog y él no. Y todo esto para inyectarle dinero a los bancos, diría yo. Pues sí, me respondo a mí mismo. Y no estemos tan seguros que ese dinero llegará a los ciudadanos, o a los consumidores como algunos que quieren que nos llamemos los unos a los otros. Pero nada de cambio de modelo productivo, quiero decir, lo del suelo y la vivienda está agotado. Hay que se más competitivo, más creativo diría yo, pero el gasto en I+D cae y no se ajusta a lo que debería ser un país moderno. El paro va a cristalizar en tasas desconocidas pero seguimos inyectando billones a los bancos. Pero ese dinero, ¿dónde va a parar? Nadie lo sabe, quizá ni los propios banqueros. La economía camina hacia al desastre y los consumidores detrás. Sólo dos datos: en los últimos diez años la vivienda se ha encarecido un 300%, los sueldos han subido un 10%. ¿Dé que estamos hablando, estúpidos?

Cosas que me gustan

Es un poco tarde para sacar algo de la materia gris que dicen tenemos por ahi. Ahora veo una película, Michael Clayton, mientras navego por la red sin rmo fijo. Me gustará estar de viaje por Europa, con la chica que quiero, y con el dinero suficiente para cenar en un sitio calentito, comida caliente, vino tinto si puede ser, no coger el coche luego y dar un paseo de la mano y ver las luces de la ciudad. Acabar en un parque y hacer el amor, con suavidad y con ternura. Abrazarla, abrazar la cama y dormitar en vientre. Eso me gustaría.

Dias de otoño

Las hojas muertas disfrazan el asfalto de marrón oscuro. Sorteamos los charcos de las lluvias nocturnas, mientras buscamos las gafas para soportar este sol cegador que se oculta entre las nubes que siempre están de paso. Ya el agua deja de ser azul, y se traslada al verde o al gris más propio de esta época, una época de paraguas pero también de paseos con el viento favorable.

10 de la mañana

Hace mucho que pienso que puedo ser la oveja negra, que llevo una cruz invisible a mis espaldas que hace que todos los proyectos que toco se arruinen aun siendo consciente de ello, pero sin tener el control. En el libro que escribí el niño protagonista habla siempre del control que sus padres, en fin, la gente que le rodea han de tener para que su vida vaya por los caminos, los raíles, que tienen que ir. Yo siempre desboco ese tren y la catástrofe sólo está por venir. Algún día terminará esa cábala que algún día me asola sin remedio. Menos mal que tengo empatía y eso me une a este mundo, sobre todo, a la diez de la máñana, justo cuando el sol se convierte en humano y yo me lleno de ese calor.

La tele y yo

Este último fin de semana publicaba El País semanal un reportaje sobre las series de TV más brillantes en la actualidad en ese país que se llama USA. Escribía el artículo el director de contenidos de Digital +, por tanto, un hombre muy bien informado de lo que pasa en el mapa televisivo español. No hay ni que decir que ensalzaba el producto americano por encima de lo que un religioso español puede ensalzar la figura de Rouco Varela. Bueno, no sé si es buena la comparación pero creo que los que me tienen que entender lo han hecho. Pues bien, si este hombre ensalzador hiciera una mínima comparación entre lo que se hace en USA y lo que se perpetra en España, por lo menos, se le caería un poco la cara de verguenza, no por lo que ha hecho o deje de hacer, que por lo que se ve, es y será muy poco, sino porque no hay comparación posible. Estaría bien que se explicara el porqué. Yo tengo una teoría pero no escribo para El País Semanal.

La crisis de la codicia

La solución: inyectar más dinero para que la codicia no pare. Parecería que es la codicia lo que mueve el mundo financiero. El otro día veía una película, se llama el Ultimo golpe de David Mamet que refleja de lo que estamos hablando. El mundo se mueve por amor, por amor al dinero, decía uno de los personajes. Otro decía que el dinero era muy importante, por eso, gilipollas, se llama dinero. Ahora los estados salen a la ayuda de los bancos. Voy a escribirlo otra vez: ahora los estados salen a la ayuda de los bancos. Escribirlo para creerlo. Pero todo se trata de dinero, amigos. Dinero.

Sueños de grandeza

La política. ¿Qué es? ¿Qué significa? Me llamarán tonto, pero esto todavía me quita el sueño. Me refiero a que con los datos en la mano, sé que la política no debe, no puede preocuparme más de lo debido. La política está jodida, pero ¿qué se jodió antes? ¿La política o los ciudadanos? Claro que la política está compuesta por ciudadanos, ciudadanos que responden casi siempre a los peores tics del ser humano. No los voy a enumerar, ustedes los conocen bien. Yo me sigo enfadando. y hay gente muy lista que me dice que diga que sí a todo, que agache la cabeza, que pase por el aro, etc... Sé que eso puede ser lo mejor para una serie de cosas, pero...

Generaciones

Hoy ha pasado mi sobrina por casa. Martina es un pequeño terremoto en una isla donde raramente pasan cosas. Pero ella hace de todo. Y lo que le queda. Todo el futuro. También a mí me queda todo el futuro. Nunca me consideré mayor y ahora cuando la veo a ella menos todavía. Veo las fotos que presiden este despacho donde a veces trabajo. Aunque les voy a ahorrar los detalles más pintorescos sobre todo destaca esa foto en blanco y negro que delata el pasado. Parece con el futuro al lado, que el pasado fue peor. No estoy tan seguro. Son cuatro generaciones y apenas sabría decir qué nos une. La familia no es más que lo que nos rodea todos los días.

Cosas buenas

Los fines de semana me los paso mirando el móvil. Creo que estoy enganchado y la historia, esa historia que adereza mi vida siempre que tengo un poco de memoria, me desasoeiga hasta tal punto que ando pendiente de una llamada, de un gesto, de u pitido. Claro que aun puedo moverme de aquí a allá y visitar la playa. También puedo probar mi cámara y el tripode que tanto me cuesta utilizar sobre todo si lo que miro se mueve y las cosas que me gustan se mueven mucho. O quizá no tanto, y el que se mueve soy yo, nervioso por naturaleza, esperando que pasen cosas buenas. Ahora la luz está vacía pero los sábados y los domingos no son los mejores días por ahora. Lo serán.

Tertulianos

Anoche después de jugar al fútbol en un campo de hierba artificial que siempre me gusta regar un poco antes de jugar por aquello de oler a hierba artificial, me encontré con un par de chicos besándose en la oscuridad y alevosía que provoca el interior de un coche. También provoca la memoria de uno que también fue joven y que también se escondía en los coches para besar, amar, y muchas más cosas que aquí no voy a contar. Envidia, creo que se llama ese sentimiento.
También escuché la radio, la SER, a la vuelta del ejercicio físico semanal. El ejercicio físico se mezcló con el mental al escuchar hablar a esos llamados contertulios disertando sobre Educación de la ciudadanía. La mayoría de ellos no se había leido un libro y el que lo comentaba, un tal Emilio Contreras, decía lo que un amigo suyo le había dicho sobre un libro de texto de dicha asignatura. Dislates de la democracia esto de los contertulios que opinan, opinan, opinan, sin tener puñetera idea de lo que dicen.

Hacia tus ojos que no son negros y me citan en la oscuridad del lecho sin almohada

Dolores de cabeza, de reunión en reunión. Esa es mi vida, con más oscuros que claros en cuanto a los proyectos que se suelen llamar de vida. En realidad, reboso de esa y a mi alrededor no dejan de aparecer personajes que acrecientan la labor esa de estar al día de todo. Al loro de todo. La gente me lo provoca. Y yo estoy con ellos. Y contigo, claro.

Con el dinero público no se juega

Me llamarán ustedes pesado, ya lo sé, pero no puedo sino poner el grito en silencio cuando por un lado leo que el ministerio de igualdad va a tener un 22% más de presupuesto para el 2009 (la cantidad es irrisoria aún para un ministerio y las políticas que intente llevar a cabo) cuando la RTVE y sus adláteres (Televisiones autonómicas)siguen gastando dinero y horas de emisión en culebrones machistas. ¿Qué parte de lo que yo entiendo estos de la cosa pública no entienden?
Cambiando de tema, ayer viendo a Rufus Wainwright me acordé mucho de esa sonrisa que aún no puedo ver en la oscuridad. Cerré los ojos un par de veces y me la imaginé. Tan callada y tan sentida, que sólo los aplausos me llevaron a la realidad del deseo que no se cumple. Y aún falta mucho para mi cumpleaños.