lunes, julio 30, 2007

Y la realidad es...


Después de irme por los cerros de la muy popular villa de Úbeda, volvemos a la realidad y nada mejor para ello que enfrentarse a este enlace http://www.youtube.com/watch?v=TdxmuTh313o&mode=related&search=, un reportaje de la BBC británica sobre el mercado inmobiliario español, sus causas y sus consecuencias en un futuro no tan lejano. Al final de ese vídeo, figuran unas declaraciones de la señora ministra del ramo, es decir, de la vivienda que no la dejan en muy buen lugar. Hay quien puede decir que es un burdo montaje para dejar en evidencia a la ministra y hay quien se puede creer que el periodista de la cadena de noticias más reputada del mundo no tergiversa la conversación de la ministra. Eso sí, en prensa lo hemos visto muy poco y que sepamos desde aquí, no existe ningún desmentido o aclaración por parte de la cadena o por parte del propio ministerio. Quizá, o no, estamos seguros de que este asunto no interesa demasiado airearlo, es justo lo que todo el mundo quiere perpetuar: que de la vivienda no se hable. Hay demasiado dinero en juego.

sábado, julio 28, 2007

Horizontes


Sí, ya sé que este blog lleva demasiado tiempo sin ser usado para que se llame blog, pero bueno todo sea contar las cosas que me gustan. ¿Qué me gusta?

Buena pregunta. Vamos a empezar por lo más sencillo: el sonido del cable que une la guitarra a su amplificador de sonido antes de ser enchufado: parece que promete cosas nuevas, sonidos que jamás has escuchado antes, todo original, todo nuevo. A veces no es así, pero de esperanzas también se vive a este lado del horizonte.

Y poniendonos más sencillos aún, me encantan los perros que muerden la correa con las que los dueños creen que controlan el devenir de su mascota por las calles de una ciudad como Madrid. Pero esto me recuerda un poco a los humanos con los que compartimos la vida, con lo cual no estoy tan seguro de que en vez de gustarme lo que hace es ponerme melancólico acerca de las cosas que nos controlan: me refiero al dinero y a las infinitas posibilidades de no ser feliz a este lado del horizonte. Al otro lado de ese horizonte que casi nunca es azul o brillante, la gente sobrevive o muere. También me gusta irme, pero vuelvo.

Sólo hace falta intentar enganchar una guitarra con su destino. Lo demás, sobra. Menos Rita, claro.