miércoles, diciembre 05, 2007

Furtiva

Me quedé con la imagen de mi abuelo cuando se moría. Bueno, todo eran imaginaciones. Mi familia no me dejó acercarme a su habitación. Yo era más pequeña así que tenía más imaginación que ahora. En realidad, no le vi, pero siempre, en cualquier momento me lo puedo imaginar. Ahora mismo por ejemplo. O cuando antes caminaba por la calle Pez hacia arriba, en esos ancianos que juegan a las cartas con su vaso de pacharán al lado, y combaten el frío de un sol que ya no da en el suelo. En aquellos días le vi en la cara de mis padres, en la enfermera que no tenía bien puesta la bata, en el médico joven que todavía llevaba el gorro verde y en el coche, su coche, ese que nunca cambió por temor a vete tú a saber de qué, que ya no le esperaba fuera. Fue un día triste, el primer día que vi la muerte, pero eso fue hace mucho tiempo. Ahora fumo en un bar esperando a Marta.

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