martes, septiembre 30, 2008

¿Qué nos pasa?

Hay un deporte que me gustaba mucho practicarlo en Madrid: mirar las caras de la gente que por la mañana o por la tarde te encontrabas en el metro de camino, ya sea de ida o de vuelta, al trabajo. Era un ejercicio de ver detrás de los ojos que te encontrabas y descubrir estados de ánimos, vidas rotas o ilusiones renovadas, porque la ilusión debería ser lo último que se pierde. Cuando se pierde eso todo está perdido. Ayer me acordé un poco de ese práctica mientras veía los primeros minutos de eso que llaman programa de la tele pública, Mira quién baila. Pena de no tener un espejo y comprobar mi estupefacción o quizá mi falta de ilusión en algo que murió hace ya tiempo.

1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Mirar a las caras es enriquecedor y mirar a la cara es la clave de la solvencia del ser humano; el que no te mira de frente, deséchalo.
¡Por favor! mi Gobierno, mi dinero, esos lamentables personajes, sos...

3:21 p. m.  

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