miércoles, septiembre 24, 2008

La pantalla rosa

No, no me he equivocado. Mi pantalla a veces es rosa, casi como un homenaje a ese pedazo de festival de cine que es el de San Sebastián. Hay polémica con la película de Jaime Rosales sobre el encuentro fortuito de dos etarras con dos guardias civiles. Efectivamente mueren los guardias civiles. En fin, el cine es así, mientras te den el dinero para hacer lo que te dé la gana, tú vas y lo haces. Cuando ya no te lo den pues lo dejarás de hacer. Aquí nadie se salva de la crisis. Horas de tráfico en la mañana, hace que la mañana se convierta en tarde y lleques tarde a todos los sitios, incluso a este modesto blog que permanece enamorado de una sonrisa que cada día cambia de tono, pero que igual permanece en formol, pero no como los formoles de Damien Hirst, ese pesado artista británico que vende por millones lo que diseca por cientos. Y es que para otros no son tiempos de crisis. Supongo que la crisis se define por eso: la mayoría, sí; la minoría, no. Tipos con suerte esa minoría, no como yo, pero eso sí esa sonrisa me cuesta unos 6 euros al día. Soy millonario.

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