Sin pensar
No tengo mucho tiempo y los viajes de idas y vueltas han finalizado. Ahora poco a poco me voy dando cuenta de que los viajes de ida son a Madrid. Mi punto y mi radio de circunferencia han cambiado y de esto uno no es consciente hasta que regresa a casa, donde el espejo te reconoce y las maletas se abren para vaciarse. El olor a pimienta es lo que acrecienta ese ritmo de pertenencia, de pertenencia a uno mismo y sus pensamientos. Por suerte, siguen ahí.
2 comentarios:
Bienvenido!
No. Maldigo la pimienta.
:)
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