domingo, septiembre 14, 2008

Pequeños

Si la rodilla es el espejo del alma, tengo el alma fatal. En realidad, cansada. Este fin de semana he dormido poco y no hemos visto mucho la luz del sol. Menos mal que quedan estas tardes de domingo pausadas y tranquilas, con menos voces y gritos que los que acostumbramos a oir entre semana. Apenas pasan coches e incluso el loro parece que se toma el día libre, contando sus pipas, tragando sus pipas. No me puede ver este loro. Siempre intenta chascar algún dedo que pase cerca de us narices. Me acuerdo que de pequeño no era así. Ahora no sé si me refiero a mí o al loro.

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