domingo, noviembre 04, 2007

SMS

Son los mensajes cortos de móvil. Vivimos rodeados de ellos. Sirven para todo. En general, están mal escritos a posta. Pero son las nuevas cartas o mejor, los mejores poemas de este siglo en el que todos vivimos incluido, claro, yo. Ayer recibí dos. No eran poemas pero como si lo fueran. La persona más especial del mundo me contaba su noche en Madrid. Por un momento me la imaginé. Cómo, no, riendo, hablando mucho, tomando un gin tonic, o quizá un ron siempre con cola light, con un vestido corto y con mucho tacón. Me la imaginé feliz, rodeada de amigos que no son mayores que ella pero que sí lo parecen, porque ella ha hecho un pacto con el diablo. O es que su piel es luminosa y oscura a la vez. Fueron don sms. Yo estaba viviendo mi noche en San Francisco en un cine leno de gente que no iba al mismo cine que yo. Esto me suele pasar más a menudo de lo que me gustaría. Y es que yo creo que lo que nos extraña de esta ciudad es que todo resulte familiar aunque esté a miles de kilómetros de cualquier punto terráqueo que nos asusta cómo el mundo da la vuelta, gira y gira, pero ahí permanece; en un lado, Londres y Madrid, al otro Pekin y Tokio, y más allá, San Francisco. Adonde también llegan los sms que parecen poemas.

1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Me produce un morbo extraño esta manera de comunicarse; breve e intensa.
Era mi primer móvil y mi primer mensaje y no deje de mirarlo en toda la tarde, volvía una y otra vez: menú, mensajes, mensajes recibidos… me mareé de tanto leerlo, de tanto mirarlo, de tanto interpretarlo…
Ahora los hay verdes, blancos, de mezcla de azul y marrón… pero los que mas me gustan son los morados (intensos, desprendiendo un olor dulzón que me provoca placer); cuando recibo uno morado lo recibo como ese primer mensaje de juventud con una pasión que me desborda e incluso a veces me asusta.
Si reciben uno morado vívanlo con intensidad!

12:40 p. m.  

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