jueves, noviembre 22, 2007

Películas

Ayer en el avión iba rodeado de políticos canarios. Raza extraña esta. Nunca me he sentido a gusto con esa gente. Llaménme raro pero no les tengo mucho aprecio. Me producen desasosiego. Sé que tengo muchos prejuicios al respecto, pero qué le vamos a hacer. No lo puedo evitar. Fue un día extraño el de ayer. Idas y venidas, de teléfonos y monosílabos, como una película. Como se dice tantas veces la realidad supera a la ficción y esta vez no fue una excepción. Las azafatas fueron muy amables. Había una en la que me fijé que sí parecía que estaba en las nubes. Nunca dejo de observar a la gente que mira como si fuera una invidente, ¿qué verán? Yo siempre me imagino grandes historias sobre la vida y la muerte, pero me temo que mi visión de los demás está salpicada de falsas interpretaciones y lo peor de todo, de mi imaginación, que al menos es mía. Los relámpagos me recibieron como si fuera una fiesta. Esta mañana no quedaba nadie.

1 comentarios:

Blogger Unknown ha dicho...

¿Dónde estás?
Gracias por acordarte de tus amigos isleños(ahora soy la yo más sarcástica del mundo).

2:29 p. m.  

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