domingo, octubre 21, 2007

Frio y calor

Calor en Chinatown. Gente en Chinatown. Todo está en Chinatown: Es el gigante que viene. Con sus taras, con su caminar pesado y torpe, pero sin duda, nos vaa pasar por encima. Quizá, siquiera nos vea. Ojalá. Paredes que van y vienen, falta la música de un peli de misterio o de acción, pero no hay pistolas, sólo bolsos, bolsos de imitación. Fake, se llamaban. No será que todo es fake. Toco las puertas y las ventanas para darme cuenta de dónde estoy. De cuándo estoy. No compramos nada. Los chinos te miran mal. Dinero. Siempre dinero. Vamos a Cenar. Caliente. Un francés. Vivió en Zahara de los atunes, lo dice con acento galo. Lleva poco tiempo en Nueva York. Le encanta. Pero vive en Nueva Jersey. Es uno de las marcas de Nueva York. No poder vivir en Manhattan. La cena fue estupenda. Al lado, había un cumpleaños. Pidieron un bocadillo de pollo. Eran americanos. Raros. Por el día, más tiendas. Belén me embarca en operaciones de asalto y derribo de tiendas escondidas, apartadas, donde entran chicas guapas y salen con bolsas llenas de ropa de segunda mano apta para la nueva temporada. Armani, Hermes, ...Made in China. Al final, todo es Made in China. Y eso nos lleva otra vez a Chinatown. Pero no quiero volver allí. Quiero acurrucarme en mi cama y mirar el cielo.
Y pensar en proyectos. Ayer solucionamos el periodismo. ¿Qué le pasa al periodismo? Leemos el New York Times, New Yorker, Vanity Fair,... Mañana, quién sabe, podamos acabar con el hambre y las injusticias. Necesito una ducha. Hoy, por fin, Klimt. Y luego periódicos en Central Park. Sol. Hoy será un gran día. Hace calor.

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