Sin prisas
Mi último paso por Madrid en este 2007 de esperanzas y de lo contrario (de lo contrario no hablaré) estuvo cargado de regalos tanto recibidos como dados. Cené y comí rodeado de amigos, viejos, quiero decir, jóvenes e hiperactivos. Todos somos hiperactivos y todos tenemos prisas. La prisa nos lleva y nos trae, nos zarandea y a veces sacamos lo mejor de nosotros mismos e incluso lo peor. Quizá haría falta para un poco el tiempo para dejar hacer a la vida. Pero la vida no perdona, bueno a veces sí. Yo la estoy intentado perdonar y eso es un deseo para 2008. Para quienes estas fiestas se alargan a base de cenas y fiestas, no todas deseadas, el tiempo ha de ser nuestro mejor aliado. El tiempo son las miradas y la mía sigue anclada en mis amigos, admirados por su hiperactividad y también por su vida. Espero que la vida nos regale más visitas a Madrid y viceversa. Hoy llueve. Habrá que sacar el paraguas.
3 comentarios:
¿qué es lo contrario de la esperanza? La desesperanza, ¿no? Y no se te ve muy desesperado. Más bien esperado
Siempre es mejor
Sabes que tu has invertido una parte de tu tiempo en algo muy soprendente. Yo recibi un trozo de realidad (no virtual) Eso es saber utilizar el tiempo. Gracias
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