No soy Tom Cruise

Disfruté de un domingo de periódicos, ese que reclamaba en una canción el bueno de Calamaro. Desayuné un croissant recién hecho, de aquellos que te devuelven el sabor francés que nunca debió perder. Y leí, leí, leí. De todo, porque los domingos se puede leer de todo. Me quedo con un artículo de Iciar Bollaín, una buena cineasta con mucha conciencia. Viajó con las ministras al famoso viaje del polígamo. Se entristece al contar que lo único que ha salido en la prensa haya sido eso. Menos mal que no fue Telma a ese viaje, porque entonces ya sabríamos que hubiera salido. Iciar clama: Si se muere la mujer en Africa, se muere Africa. Aquí en Europa o en España como prefieran no hace falta que se mueran de hambre, algunos ya las matan con su miseria violenta. Después vi un documental Nobelity se llamaba. Amartya Sen, nobel de la paz, se preguntaba también por el destino de la mujer. Curioso, otra vez la mujer. Y en eso se me cruzó un texto sobre Tom Cruise. No soporta quedarse solo, dicen. Entonces miré a mi alrededor. Llegué a la conclusión de que yo no era Tom Cruise. Menos mal.