martes, enero 29, 2008

Intercomunicadores

Acabo de tener una conversación bastante absurda con un proveedor que busca proveedores para poder proveerme de algo que me solucione un problema que todavía no tengo con un posible acreedor de esos asuntos. Suena gracioso, pero creánme, no lo es. Es más si tuviera un gelocatil lo partiría por la mitad y me tomaría dos.
Como ven apuro las horas para en llegando a Madrid, ciudad que me escupió después de tenerme mucho tiempo en su estómago. Si te paras a pensar, Madrid es como cualquier otro sitio, pero con más gente y con ello, los vicios aumentan. No me refiero a los vicios que recoge el diccionario de la real academia, sino me refiero a los propios humanos que son entes llenos de vicios y probablemente más viciados de lo que nos creemos. ¿Gente buena? Aquí quería llegar aunque como ven no me supe el camino, así que tiro por un atajo. Primero, el concepto. Escasea. Precaria. Minimalista. Divertida. Pensadora. Tranquila. Serena. Sí, la hay en Madrid. Y si no, busquénla. Ánimo

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