Azúa

Hemos titulado así porque no se nos ocurre otra manera de ensalzar la labor que hace Felix de Azúa agitando mentes. El pasado fin de semana hizo una nueva demostración en una entrevista que publicó el diario EL PAIS. Destacamos:

"Los pesimistas son aquellos que se pasan el día diciendo lo bien que lo hace el poder"

Queda poca gente que dice cosas como esa, es decir, que parece no acomodada dentro de los laureles del poder, ya sea en el mundo del periodismo, de la política o de la economía (aunque quizá en ésta última sea imposible). Pero aunque a algunos progres seguro que les parece extraño, también queda muy poca gente así en el mundo de la literatura o de las artes en general. Nos referimos a gente con la cabeza bien amueblada, sin ego,... aunque ya no sé si aquí nos estamos pasando porque no conocemos a este señor. De todas maneras, el titular del texto, "De nuevo hay un abismo entre generaciones", no me termina de convencer. Pero bueno esto es porque hemos visto La chinoise de Godard y andamos todavía en estado de schock (lo cual no quiere decir que no recomendemos su visión).
Más abajo dice: "Por eso me indigna esa izquierda que, en nombre del "respeto a la diversidad cultural", acepta la pervivencia en nuestro territorio de las leyes del islamismo". Como todos sabemos, es este un tema que levanta ampollas pero que no está demás (todo lo contrario) hacer un debate a partir de esa realidad. O al menos lo parece. Cada cierto tiempo, cada vez más, aparecen en los diarios entrevistas con mujeres nacidas en los países islámicos (o árabes, aquí hay que excusar mi ignorancia en el tema) que denuncian el maltrato que sufren por parte de la religión que allí impera y que incluso cargan con más vehemencia que las plumas occidentales, entre las que algunas se muestran tolerantes con las prácticas que en virtud del nombrado por Azúa, "respeto a la diversidad cultural", se producen por aquellos lares. Y si no, podemos ver la entrevista a Fadela Amara. Cuando ellas hablan en alto, lo mejor que podemos hacer es callarnos la jodida boca.