jueves, diciembre 11, 2008

El sol que no calienta

Me acuesto y me levanto con la crisis. No sé si en Madrid se nota más que en el valle, pero aquí veo más caras. Como tengo graves problemas de empatía, esto me viene mal. El metro a medianoche es todo un collage de rostros cansados, desvalidos, solos, mudos, sordos, acaso feos, malolientes, desmaquillados, perdidos, sin regalos de navidad, con la luz fluorescente que lo tiñe todo. Me sumerjo allí y empiezo a contar historias en mi cabeza y no paro. El metro va a toda prisa.

2 comentarios:

Blogger Unknown ha dicho...

y tu cabeza tambien...

1:43 p. m.  
Blogger Carmen Coello ha dicho...

Reconócete sólo con verte, no necesitas sol que caliente, espero que no pienses que soy una vieja un poco rara.
Me encanta el metro, es la esencia de la condición human; ha habido momentos en que he sacado pecho y me he dicho a mí misma, aquí no pasa nada.
Ya ves a tí te gusta el Valle y yo, si no fuera por los míos, viviría ahí con los ojos cerrados

2:54 p. m.  

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