Las víctimas

Nunca me ha gustado hacerme la víctima. Ojo, que alguna vez lo he hecho y la verdad, es una gilipollez y sobre todo, una pérdida de tiempo. Todos los que tenemos dos dedos de frente sabemos dónde nos metemos y si no lo sabemos, es que no tenemos ni puñetera idea de nada. Y si no, a preguntar. Aparte de mi caso concreto, quería fijarme en el mundo llamado de la cultura. Ese mundo donde todo el mundo tiende a poner la mano y a dar la callada por respuesta. Ese mundo que le tiene tanto miedo al político de turno por el temor a que le corten el grifo, que casi siempre se reverencia a lo Piqué ante el primer mandamás que pasa por delante de las narices. Ahora esos hombres de la Cultura, que miren la Cultura y por qué no, la Educación de este país y de esta región, que para el que no lo sepa es la Canaria. La de mayor fracaso y la de mayor estupidez culturalmente por metro cuadrado. La culpa sin duda es nuestra, no es de los políticos que nunca tuvieron ni puñetera idea de qué trataba todo esto.