Futuro
Sigo siendo una mirada limpia. La sonrisa, puesta; las manos humildes, en los bolsillos de una casaca blanca, ya no tan blanca. Un caminar de pato y una nariz personal. Los ojos abiertos y apenas edad en las bolsas que no están. Los antebrazos, largos, sinuosos; la piel blanca, el cabello liso, colorido, desenfadado. No lleva calcetines o yo al menos no me lo imagino. La ropa interior blanca, quizá sedosa o de algodón marfil, como su cuerpo, sin arrugas, sin tiempo para envejecer, joven, niña, quizá nostálgica de los buenos tiempo, acaso su vida desenrolla el pasado que ahora es el futuro.
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