viernes, abril 04, 2008

Lenta calima

Se esconde en la noche, se eterniza el día. Se funde con la mirada, secuestra el movimiento. El aire africano nos convierte en eso y tiraniza al alisio. El Puerto aún sobrevive a esa agitación de la lentitud, a ese fuego que no quema, que no cesa, que no termina, que lastra y que consume. Es el sol, pero no es el sol. No hay viento, y ahí es donde las cosas se paralizan. Las banderas tristes, y el asfalto incinera los pensamientos. Las sombras cambian de color y todo lo demás sobra. Si no puedes respirar, te asomas al mar. Siempre vuelve. Las olas.

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