viernes, septiembre 07, 2007

Y el fin de semana, la duda


¿Para qué sirven los fines de semana? ¿Descanso, placer, sosiego, fiesta, wi-fi? Revolotean alrededor de estas ideas de hedonismo y sofá, la siempre esperada llegada del sueño, o del babeo ante un pensamiento de lo más blanco: la nada. Pero claro, un fin de semana que quede en nada, pues como que no es atractivo. ¿Playa, música, copas, viaje, arena, agua, paseo, comida? En esto el sol juega un papel central. Ahí sí que verdaderamente giramos alrededor de él. Pero ¿y la casa, la cocina, el dvd, el cuadro, la mirada, la lectura, el amor, el sexo? Y si es tan imposible esta convivencia, ¿por qué el día dura exactamente lo que la noche le deja?

Quizá sí que vaya a la playa, y sí que escuche algo de ese grupo que suena así, y sí que las letras me digan algo de ti, y sí que el coche me lleve en pos del viento, y sí que vea tu sexo a través de la mesa de cristal oscuro, y sí que me tome un gin tonic (a veces me gusta), y sí que me persiga mi sombra en un espigón sin nombre, y sí vea una película en blanco y negro, y sí que me vuelva a enamorar de ti, y sí que te sirva tortilla de patatas (sin perejil), y tú no me digas nada, tan sólo estés

1 comentarios:

Blogger Unknown ha dicho...

Eres un poeta encerrado en el cuerpo de un metrosexualprogre que,a lo mejor,se niega a admitir el paso del tiempo.Creo que las mejores palabras-escritas,que yo te haya visto,o mejor;leído,han salido de tu teclado de Canarias,tal vez deberías meditar sobre eso.Si de algo sirve esta tierra de sol y sal es para dejar volar la imaginación.
Pasa el tiempo y aún eres capaz de sorprenderme.
PD:voy a ganar la apuesta.
Besos.

12:38 p. m.  

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