miércoles, febrero 17, 2010

Original

Hoy registré mi segunda novela. Es como el bautismo de un hijo. No, bueno, tampoco es eso.
Me hizo gracia que en aquel recinto tan frío y sin ascensor de la biblioteca de Santa Cruz en que hubiera otra persona interesada en registrar su historia literaria que según dijo a la chica con pose de enfermera que atendía en su escritorio, era original. Obviedad suprema, que todavía, por lo visto, seguimos usando para querernos un poco más. Ese espejo del ego que no deja de reflejarnos tal y como somos. Me quedé con su hijo que, con cara de despistado ante la originalidad de su padre, iba vestido del Barça. Y no, no era por los carnavales.

1 comentarios:

Blogger Cibertecla ha dicho...

Felicidades por el Baby!!! y como de un bautizo se trata... tendré que ir en busca de un "pelelito" para que no ande el pobre por ahi con las vergüenzas al aire, q con la que cae!.

7:53 p. m.  

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