lunes, mayo 18, 2009

El paraguas de Don Mario

Fue entonces que me di cuenta. No llovía pero seguramente me habían prestado ese paraguas y ya eran muchos los que dejaba olvidado o los que simplemente no echaba en falta hasta que veía ya en casa el sitio donde lo tenía que depositar. Ha sido Don Mario. Tragué saliva y me dije, sí, es Don Mario, pero él tampoco será feliz cuando alguien le diga de dónde ha traído ese paraguas. Salí por la puerta de ese bar tan cerca de Cibeles, tan lejos de Neptuno, miré a un lado y a otro. No llovía. Ahí está. Le vi de espaldas. Caminaba lentamente. Así que no tardé en ponerme a su altura. Le toqué la espalda con timidez. Don Mario, le dije. Su paraguas, Don Mario.

1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Menos mal que no era de Don Paco que podria ser que te encontraras en el brete de pedirle la factura.

2:08 p. m.  

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