sábado, enero 10, 2009

Nieve

Haciendo memoria, es extraordinario que me acuerde de cada una de las veces que ha nevado en Madrid mientras permanecí en esa ciudad del stress absurdo. Será que la nieve pone en guardia a mis neuronas del recuerdo, pero no se me olvidan, sino que permanecen en el recuerdo y en el buen rollo las veces que ese espectáculo atmosférico aterrizó en esa vida.
Hoy los periódicos ensalzan el caos en que pareció sumirse esa ciudad fruto del ladrillo y de las arterias sin sangre. Pero yo me quedo con esa nieve que saluda y que brinda porque el refrán archiconocido sea más verdad.

1 comentarios:

Blogger Carmen Coello ha dicho...

Todas las novedades son caóticas, hasta un día de nieve. Utilizo un tópico para decir que es que los españoles somos así. la nieve es bonita, nos sorprende verla caer, pero vamos, falta de costumbre nada más. Mientras caiga nieve y no bombas va todo bien.
Además si te asomas a tu ventana , ni siquiera hace falta ir a Madrid, la tienes a escasos kilómetros y si el día es despejado el paisaje es inigualable
¿o no?

2:40 p. m.  

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