lunes, enero 05, 2009

El año en que dejé de creer en la política

No voy a hacer aquí una lista de estropicios varios, pero sí que puedo decir que cuanto peor informado más ganas de ir a votar. A sensu contrario, no pienso ir a votar las próximas elecciones hasta que deje de tener uso de razón. Si esto es una critica, lo será si la política, ya sea internacional, nacional o local, incluso la política de los medios, siga en la misma tendencia, una tendencia que separe a la sociedad de la participación, lo mismo que ha hecho conmigo. A los hechos, a mis hechos me remito. Obviamente, ustedes sigan votando, no vaya a ser que caigamos en la anarquía, ese peligroso fetiche con el que moriremos puesto.

1 comentarios:

Blogger Carmen Coello ha dicho...

Claro que tú valoras lo que yo escribo, sin ser periodista porque eres como un "tercer hijo", cosa que por cierto no hacen los otros, sin acritud.
¿Sabes que las mayores culpables del poco valor que se da a lo que hacemos o decimos las madres, somos nosotras mismas?.
Soy un poco infantil y creo en los milagros¡qué tonta verdad!

3:28 p. m.  

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