Y llamennos Corsos

Sí, vamos a hablar de la nueva serie de Cuatro, ésa en la que sale Dani Martín, reinventando el mito de Mel Gibson a lo español. Poniéndonos serios, la serie está bien de realización, y ustedes se preguntarán qué coño significa eso, que se ven los personajes, que los colores son bonitos, que el sonido llega con claridad, que no se ve ningún cable o foco... Finalmente, tienen ustedes razón. No sabemos que coño significa eso.

O sea que volvamos a hablar de lo que sabemos. La serie la vimos en compañía y claro, la vimos como una serie de humor en la que participaba un pseudo actor que al parecer vuelve locas a las quinceañeras así que ya nos estamos dejando barba de cuatro días, tener en nuestro vocabulario cuatro o cinco tacos por frase y hacernos una raja en la ceja izquierda. Por lo demás, los actores y el casting es manifiestamente mejorable (pero eso es un mal endémico e imposible de arreglar en la televisión en España). De la historia, tienen su punto de aventura compleja que se deja ver pero cuando empiezas a oir los diálogos y los secundarios de cada capítulo se te cae el alma al piso.

¿Qué tuvo buena audiencia? No más que una reposición de House... Así que la ficción española está si lo queremos ver desde esa perspectiva a la altura de una reposición americana. O sea a años luz de lo que se consideraría como algo aceptable.

P.D.: El morro que le echan los ejecutivos de Cuatro ya es otro rollo. Ni siquiera los tan listos deberían tener esa poca verguenza.