lunes, febrero 26, 2007

¡Qué invento lo del disco duro! (y la secta Haggiana)


Es maravilloso comprobar cómo el disco duro grabador hace que la gala de los oscars sólo dure unos ¡20 minutos!. La pasas a toda leche y te ahorras los discursos, los paseos, los vestidos, hasta los chistes que no hacen gracia... ¿El del pelo largo era ese tal Monahan, verdad? Por lo visto, ganan los guionistas para el público poco exigente que poco a poco van conquistando las pantallas de todo el mundo. ¿Será eso la globalización de los idiotas? En fin... ha creado escuela Paul Haggis porque el torpe final de Infiltrados sólo lo podía firmar el perpetrador de los guiones fáciles o de los guiones en los que los malos son muy malos y los buenos muy buenos. Deberían aprender de una de las grandes películas de este año, también premiada por cierto. La vida de los otros compone una historia delicada, con unos personajes que rozan la bondad y la maldad, que miran, que no hablan, que hablan con la mirada, que dicen tanto como miles de frases que nunca transmiten nada, todas iguales. El rostro del actor protagonista Ulrich Mühe, recordaba al mejor Spacey proyectando la contención más inesperada, que es ahí donde queridos actores, guionistas, directores, etc... reside la excelencia. Y claro, lo más difícil de conseguir.

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